Participación


En nuestra fraternidad habrá tres formas de participación según el régimen de vida elegido y dos etapas de trabajo espiritual, según la práctica de la oración de Jesús.

Los hermanos/as podrán participar en un modo de vida semi eremítico, permaneciendo en la soledad la mayor parte del tiempo, siendo sus únicos compromisos con el resto de la comunidad la participación en los tres momentos diarios de comunión. (Oración de la mañana, Eucaristía y momento de estudio) En total no más de tres horas.

Sin embargo, en acuerdo con el coordinador, podrá algún hermano no asistir al momento de estudio comunitario o reducirlo a una participación mínima, si su inclinación a la soledad así se lo pidiera.

Los hermanos/as podrán participar de un modo de vida cenobítico, participando en mayor grado de actividades comunes. Así, en acuerdo con el coordinador, se podrán organizar otras horas del oficio divino para rezar en común, momentos de estudio e intercambio espiritual fuera de los previstos como pauta mínima, comidas en comunidad etc.

Siempre estas actividades en común se realizarán entre tres o más hermanos.

Los hermanos/as podrán participar de un modo de vida peregrino, permaneciendo en el monasterio de la fraternidad solo algunos días al mes o por semana, compartiendo puertas adentro alguno de los modos de vida anteriores.

Esta forma de participación, está pensada para quienes debiendo atender obligaciones y tareas en el mundo, no pueden establecerse de manera permanente en una de las casas de la Fraternidad.

Así, puede un hermano/a vivir una cierta vida monástica tan solo algunos días, renovando las fuerzas y volver luego a sus tareas en lo cotidiano.

Se pondrá especial énfasis en que estos hermanos/as sigan cierta ascesis en su vida cotidiana, de manera que cuando participen de la vida en la fraternidad les resulte sencilla la adaptación.

Desde el punto de vista de la práctica de la oración de Jesús, los hermanos se agruparán para ejercicios y trabajos adecuados según se encuentren en momento de discernimiento o hayan elegido ya como camino espiritual la práctica de la oración del Santo Nombre de Jesús.

Cualquier hermano/a que desee podrá fundar una casa de la fraternidad del Santo Nombre, pidiendo su inclusión en la fraternidad y cumpliendo el único requisito de pasar un tiempo mínimo en alguna casa ya establecida, aprendiendo y compartiendo la vida en torno a la oración de Jesús.

Las comunidades no serán mixtas, pudiéndose encontrar los hermanos y las hermanas solo en la celebración de la Eucaristía o en las situaciones especiales apuntadas en los lineamientos básicos.