La Celda

A su entrada en el vocabulario monástico, la palabra celda (kella, cella) designó el alojamiento individual de un solitario, monasterion.


Mas tarde, la palabra sirvió para designar la habitación o el conjunto de habitaciones de un monasterio (alojamiento de los novicios, de los huéspedes), y, finalmente, una habitación asignada al alojamiento de un cenobita.


Ahí era donde él podía realizar la vida solitaria, en medio de los hermanos.


De ahí los célebres refranes: "El monje, fuera de la celda, es comparable al pez fuera del agua". "Permanece en tu celda y ella misma te lo enseñará todo!".


La celda es, pues, inseparable del monje, que pasa en ella su vida en el recogimiento.


extraído de "El monacato en el oriente cristiano", 
cap. VII, "Las formas de vida monástica". 
de Tomás Spidlik