Es un gran bien, para no pecar y no caer en los mismos pecados al día siguiente, el examinarnos a nosotros mismos y en nuestra conciencia al final del día, es decir nuestras acciones, cuáles pecados hemos cometido y lo que hemos obrado con justicia.
Esto lo hacía Job respecto de sí mismo y de sus propios hijos, ya que si examinamos las cuentas cada día, iluminamos la rendición de cuentas de cada momento.
Párrafo 65 del "Discurso para las eminencias máximas" del Pbro. Hesiquio a Teódulo - Extraído de Filocalia -recopilada por Nicodemo el Hagiorita y Macario de Corinto - Publicada por Ed. Lumen - Buenos Aires. 1982 - Volumen primero, página 244.
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